Cuartillo inédito de Enrique IV con marca de 4 pétalos en cruz e iniciales C y R

Según cronistas de la época, en tiempo de Enrique IV pudo haber hasta unos 150 talleres acuñadores de moneda. Esta moneda es fruto de tan profusa variedad de fabricación y de tan patente desorden monetario, luego su acuñación debió ser anterior a 1471 (fecha del ordenamiento). Se trata de una variante inédita de cuartillo con una flor de 4 pétalos en cruz a la derecha del busto de monarca en el anverso. En el reverso nos encontramos un castillo, con la misma flor de 4 pétalos en cruz y las «presumibles» iniciales C y R a los lados. Peso 1,3 grs.Medida: 20 mm. Digo lo de «presumibles» porque aquí es donde se ha centrado la controversia en el foro IMPERIO NUMISMATICO . En los catalogos numismáticos no se conoce esta variante.

Hay quien opina que puede tratarse de un cuartillo inédito de la princesa Isabel, de quien ya tuvimos ocasión de comentar hace algún tiempo (vease aquí) indicando que se trataría de una Y y una P. Se argumenta la similitud de los tipos de Ávila en cuanto a tipología. Sin embargo no figura la inicial de la ceca que se concedió a Isabel, esto es la A de Ávila, y en su lugar aparece la flor de 4 pétalos en cruz.
Nosotros también hemos dejado opinión en el citado foro, indicando que se trataría mas bien de un cuartillo de Enrique IV con las iniciales C y R. Una C gótica (mal hecha, con defecto de cuño) y una R gótica donde el palito inferior curvo de la R se pierde en la orla de puntos. En este sentido tendriamos que descartar la hipotesis de Isabel, y estariamos más bien ante lo que pueda ser una variante inédita de cuartillo C R. La más cercana a esta sería la clasificada en el catalogo de A. Burgos nº 742. Ya sería tema de otro debate a qué localidad atribuir C R ¿Ciudad Real?, ¿Ciudad Rodrígo? 
Seguiremos con detenimiento el devenir de esta pieza, que seguramente pronto veremos en subasta. Si quieres seguir el interesante debate puedes hacerlo en este enlace .
Desde Numismática Medieval agradecer al propietario de la pieza, el Sr. Emerito, la cesión desinteresada de estas imagenes

Nota a fecha 26/06/2012

La casa de subastas AUREO&CALICÓ realizó la expertización de la pieza siendo este el resultado. Estamos de acuerdo con dicha catalogación, si bien es cierto que no podremos asegurar nunca al 100×100 que sea la correcta. Desde aquí también respetamos enormemente las catalogaciones y opiniones dadas por otros compañeros que, sin lugar a dudas, han supuesto un debate interesantísimo.

Efectos ópticos, elementos diferenciadores y piezas inéditas ( 3ª parte: Blanca de Burgos)

Esta moneda subastada en ebay el 3/06/2012 se presenta entre interrogantes como una variante inedita de la blanca del ordenamiento de 1471 de Enrique IV, de ceca Burgos con una posible C entre las patas del león, lo cual es incorrecto, más bien estariamos ante una prolongación del rabo del león por un defecto del cuño.
Otros efectos ópticos

La moneda de vellón de Enrique IV (4ª parte). El ocaso: 1474 a 1497

Consulta parte 1ª
Consulta parte 2ª
Consulta parte 3ª

La moneda de vellón de Enrique IV (4ª parte). El ocaso: 1474 a 1497

Por José David Rodríguez Prados

Pese a las disposiciones del Ordenamiento de 1471 y Cortes de la Puebla de Santa María de Nieva, fechadas en 28 de octubre de 1473 nos encontramos con blancas fabricadas por muchos fuera de las cecas oficiales, cómo la de ceca A, atribuida a Ávila. 
Los Reyes Católicos, al encontrarse con esta situación de la moneda de vellón, que existía en tan gran cantidad, hubieron de darle curso legal, regulando los precios de las monedas de oro y plata en maravedís, o sea en blancas de vellón, y así, en la Carta fechada en Segovia en 20 de febrero de 1475 dieron valores a varias de ellas (por ejemplo, el Real en treinta maravedis e tres blancas un maravedi de las que fueron fechas e labradas por mandado del Señor Rey Don Enrique nuestro hermano, cuya anima Dios haya, en cualquier de las sus seis casas de moneda, e las otras blancas, o las pagadas cortar, o valan seis dellas un maravedi; e para todo esto pongades e nombredes vuestros veedores, e sobre todo ello fagades vuestras ordenanzas como enterdierdes que mas utile sea para la guarda dellas«, etc.
Todavía en las Cortes de Madrigal, fechadas en 27 de abril de 1476 (petición 31), fué pedida la unificación de los precios de las monedas de oro y de plata que corrían con muy diversos valores y se volvieron a dar los valores del real por 30 maravedis «e tres blancas un marauedi e non más«.
Las blancas de vellón se fueron consumiendo y al escasear se originaron grandes dificultades para el comercio al menudeo. Para remediarlas, los procuradores de las ciudades pidieron a los reyes, en 6 de febrero de 1480, que se labrara «moneda menuda, porque con la moneda tan gruesa los pobres reciben fatigas«. Sin embargo, en las Cortes de Toledo del 15 de junio de dicho año, no figura esta petición. Se conoce, en cambio, un Ordenamiento de Toledo, fechado en 28 de enero de 1480, sobre el valor de las monedas en el que fué evaluado el real de plata en 31 maravedís y cada maravedí en tres blancas, con lo cual, desde el cuarto de real, que era la moneda más menuda de la emisión de 1475 y que valdría 24 blancas y 114 de blanca, hay un gran salto a la blanca circulante de don Enrique IV, y justificaba la necesidad de monedas intermedias. Quizás esta sea la razón del punzonado de la moneda de vellón. Podemos, por tanto, afirmar que la circulación de vellón entre 1475 y 1497 se nutrió de las piezas oficiales y de las que habían sido acuñadas fuera de las cecas oficiales y consideradas falsas por Enrique IV. Estas últimas se mantuvieron en circulación, aunque con su valor nominal reducido por orden de los monarcas.
Hay constancia de la imposición de numerosas marcas sobre la moneda de vellón de Enrique IV en la primera etapa del reinado de los Reyes Católicos, la comprendida entre el momento de su acceso al trono y 1497. Es opinión extendida entre la mayor parte de los investigadores que en esos años no se emitió moneda de vellón, con el objeto de consumir las grandes cantidades que de él existían en circulación como consecuencia de las masivas emisiones realizadas en época de Enrique IV. Sobre algunas de las piezas heredadas del reinado anterior se estamparon resellos, cuya finalidad y objeto no ha sido claramente establecido, si bien constituyen clara muestra de una política monetaria firme, decidida y unitaria. Para León España, los marcadores serían continuadores de los veedores establecidos por Enrique IV, de acuerdo a una carta fechada el 30 de julio de 1474, cuyo objetivo sería agujerear o cortar toda moneda considerada falsa o de mala ley. Por tanto, su actividad, reflejada en las piezas objeto de punzonado, sería el resultado de una política consciente de los Reyes Católicos, cuya intencionalidad no está clara, pero en la que parece subyace una razón económica.
Maravedí de Medina del Campo. Colección «Carmunia»
Finalmente señalar, que no se conocen otras disposiciones sobre vellón anteriores al año 1497, en que se dió la famosa Pragmática de Medina del Campo, fechada en el día 13 de junio, y en la que se mandaron labrar blancas de vellón de ley de siete granos de plata en marco y con talla de 192 piezas, valiendo dos de ellas un maravedí, y un real, 34 maravedís o 68 blancas y en esa proporción los medios, cuartos y ochavos de real que se mandaron acuñar.

Bibliografía consultada

Beltrán, Pío «El vellón castellano desde 1474 a 1566»

De Santiago Fernández, Javier «Trascendencia de la política monetaria de los Reyes Católicos en la España Moderna»

Cuartillo de Enrique IV, ceca BO

Muy en consonancia con el tema de la moneda de vellón de Enrique IV, que hemos tratado con bastante detenimiento en los últimos días, esta este cuartillo de marca B O y que corresponde a una de esas numerosisimas cecas acuñadoras que existieron en tiempos del Rey Enrique y que a fecha de hoy su asignación sigue siendo un misterio. Confiemos en que futuros estudios numismáticos sobre este periodo nos puedan sacar de dudas. Agradecer al propietario de la moneda Sr. Francisco Romero, la cesión desinteresada de estas imagenes

Imagen tomada de foro OMNI

La moneda de vellón de Enrique IV (2ª parte). Ordenamiento de 1471 y nueva tipología "La blanca de rombo". Consecuencias de la reforma

Consulta de parte 1ª

La moneda de vellón de Enrique IV (2ª parte). Ordenamiento de 1471  y nueva tipología «La blanca de rombo». Consecuencias de la reforma.

Por José David Rodríguez Prados

La Ordenanza de 1462 no obtuvo los frutos deseados y ello fue debido principalmente a que la acuñación de moneda se siguió concediendo a modo de regalía. Dice el cronista Alonso Flores: «Y como el reyno estaba en la costumbre de no tener más de cinco casas reales (Burgos, Toledo, Sevilla, Cuenca y Coruña, Ordenamiento sobre enriques, en Segovia, 1471) donde la moneda juntamente se labrase, él dió licencia en el término de tres años como en el reyno ovo ciento e cincuenta casas por sus cartas e mandamientos. Y con estas ovo muchas más de falso ….. y esto non solamente en las fortalezas requeras mas en las ciudades y villas en las casas de quien quería tanto que como plateros e otros oficiales se podiera hacer a las puertas y en las ciudades donde se labran con facultad del Rey la moneda que en este mes hacían, en el segundo la deshacían y tomaban a ley mas baja ….. Y había casa que rentaba en el día al señor doscientos mil maravedís sin las ganancias de monederos y negociante«.

No dispuesto a tolerar semejante desorden, que tanto perturbaba la estabilidad económica del reino, Enrique IV dictó varias disposiciones para poner fin a la anarquía monetaria. En 1469 expidió una Cédula, cuyo manuscrito se conserva en la Biblioteca Nacional, contra los que fundían moneda para labrar otra de menos ley. En 1470 el Rey prohibió labrar moneda sin su permiso. En 1471, el Rey declaraba también, que sus súbditos habían sufrido daños y perturbaciones a causa de la moneda mala y falsificada que «en estos mis reinos se ha labrado de ocho a diez años a esta parte«. Hasta que, finalmente, en el año 1471, en las Cortes de Segovia, se elaboró un Ordenamiento sobre la fabricación y valor de la moneda.

La Ordenanza (También denominada «Pragmática») sobre la moneda de las Cortes de Segovia de 1471, de 18 de abril, documentalmente avala al tiempo de ponernos en contacto con la fabricación y valor de la moneda emitida en los últimos años del reinado. Información que además de documentar la época, garantiza la fiabilidad de la fuente histórica del Ordenamiento de Segovia de 1471, en cuyo primer apartado, se informa de las acuñaciones de Enrique IV. También refleja la preocupación por la ingentes cantidades de moneda desigual que circulaba «queriendo en ello proveer e remediar como cumple a servicio de Dios, e mío, e a bien de la cosa pública de mis regnos, con acuerdo dc los Perlados, e Grandes de mis regnos que comigo están era dado e defendido espresamente por mis cartas que para ello he dado e di que todas o qualesquier personas así los que tienen mi licencia e facultad para labrar la dicha moneda, como los que labraban sin mi licencia cesen de labrar so ciertas penas, e casos en las dichas mis cartas contenidos …»

El propio Rey pide, asimismo, a los prelados que lancen sus censuras contra quienes sigan labrando (probablemente, porque el mismo Rey no tenía confianza en la fuerza coercitiva de las penas impuestas). Tampoco en 1471 conseguiría el Rey su propósito, pues en 1473 las Cortes de Nieva trataron del desorden existente en la fabricación de moneda y en este año el monarca declaraba falso el numerario no acuñado en sus seis cecas.

Si bien la Ordenanza de 1471 era muy similar en contenidos a la de 1462 vamos a destacar varios aspectos relevantes de la misma:

1) Se dispone que la Casa de Moneda de Toledo cesase de labrar, y que la moneda de un cuarto no valiera más de dos maravedís.

2) Enrique IV se preocupó también por los signos de las cecas. En la Ordenanza de 1471 dice: «los dichos procuradores vinieron a mí e suplicaron que yo mandase se labrasen monedas de oro e plata e vellón en estas dichas seis Casas de Moneda, conviene a saber en la muy noble ciudad de Burgos, en las muy nobles ciudades de Sevilla e Toledo e Segovia e en la noble ciudad de Cuenca o en la ciudad de la Corunna e non en otras partes ….. Por ende es mi merced e mando. Primeramente que en las dichas mis casas se labre moneda de oro fino ….. e debajo del dicho castillo se ponga la primera letra de la ciudad donde se labre salvo en Segovia que se ponga una puente e en la Corunna una venera…«

Salta a la vista que estas disposiciones especiales para Segovia y La Coruña perseguían la finalidad de evitar confusiones con Sevilla y Cuenca. Merece destacarse como, a pesar de constituir el derecho de labrar moneda una regalía, las Cortes, al igual que en otros tiempos, intervenían en la alta regulación.

3) Por Pragmática de 18 de abril de 1471, se resolvió encarecidamente revocar los privilegios concedidos a particulares y reducir el número de cecas a las seis cecas reales, prohibiendo toda acuñación realizada al margen de ellas, que sería castigada con pena de muerte y de confiscación de los bienes de los infractores, por considerarse alto delito la falsificación de moneda. Los edificios que habían albergado las casas de moneda ilegales serían demolidos con todos sus instrumentos y herramientas.

4) A este año 1471 corresponde la emisión de las blancas de losange o blancas de rombo según detalla la Pragmática: «Otrosi hordeno e mando que en cada vna de las dichas mis casas de moneda se labre moneda de vellón que se llame blancas e que sean de talla de dosientas y çinco pieças por marco y de ley de diez granos y non menos y que desto se labren blancas y medias blancas y non otra moneda y que dos blancas destas valan vn maravedi y dos medias blancas vna blanca y que de las dichas medias blancas aya en vn marco quatroçientas e dies medias blancas«. Traducido a las medidas actuales, las blancas deben tener un peso de 1,12 grs. con un contenido de plata de 0,0838 gr. de plata.

También se dan instrucciones sobre las leyendas de estas monedas: «… tengan de vna partevn castillo çercado de orlas quadradas e digan por letras en derredor ENRRICUS DEI GRAÇIA REX CASTELLE o lo que dello copiere y al pie del castillo tenga la letra de la çibdad donde se fisiere, saluo a las que se fisieren en dicha çibdad de Segovia, que tengan vna puente, y de la Corunna vna venera, y de la otra parte tenga vn leon y las orlas quadradas en derredor y en las letras digan IHESUS VINÇIT IHESUS REGNAT IHESUS YNPERAT y las medias blancas tengan de vna parte vn castillo en canpo redondo y la señal y letras commo blancas.

Como ya sabemos las leyendas que actualmente nos encontramos pueden intercambiar reverso y anverso, incorporar ciertos adornos (cruces, circulos…); y muestran leyendas abreviadas (incumpliendo lo previsto en el Ordenamiento). Podemos encontrarnos como posibles leyendas:

ENRICVS CVARTVS DEI
ENRICVS DEI GRACIA
ENRICVS DEI GRA REX
XPS VINCIT XPS REGNAT XP SIMPERA
XPS VINCIT XP SIMPERA

XPS es una abreviatura de Christus, sin embargo el Ordenamiento dice IHESUS, con lo cual nos encontramos de inicio, una mala transcripción. La expresión «Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera» tiene su origen en la tercera cruzada y fueron utilizadas por Federico Barbarroja ante Iconio en el 1190, para alentar a sus tropas y a su vez tomado de un salmo biblico. La explicación de la mala transcripción es, hasta ahora un misterio.

Esta es una representación de blancas del Ordenamiento de 1471, de sus distintas cecas.



Una última reflexión ¿fue eficaz la reforma monetaria de 1471?  Desde un punto estadistico si vemos el cuadro de devaluaciones que propone Angus Mckay en su libro «Moneda, precios y politica en la Castilla del siglo XV» no podriamos hablar de fracaso sino de «relativo» éxito dado que disminuyen considerablemente las devaluaciones del vellon. 
Sin embargo no quedaron algunas cuestiones resueltas: la existencia de cuartos de valor intrínseco obviamente siguió causando una gran cantidad de problemas. Por ello, Enrique IV redujo el valor de los cuartos a tres blancas e introdujo medidas para retirar los cuartos defectuosos. Esta reforma iría bien si las blancas mantenían su valor intrínseco conforme a la reforma, cosa que se empezó a advertir no era así. Los datos sobre estas blancas dan al marco de plata pura un valor de 2952 maravedies, mientras que los datos sobre los reales dan 2232 maravedies y los datos de la casa de Burgos referentes a la palta para los años 1470-72 dan 1963/2133 maravedies. Una infravaloración de la blanca que amenazaba, por tanto, con anular las reformas proyectadas. 
En marzo de 1473 se realizan nuevas reformas: la infravalorada blanca fue reducida a la nueva relación de tres blancas por maravedí. Esta última medida, que daba un valor aproximado de 1948 maravedies al marco de plata pura, puso la blanca y el maravedi en una relación más estrecha tanto con la tasa para el real (2160 maravedies por marco de plata pura) como con las cotizaciones de la casa de Burgos (en 1473, 1962 por marco de plata pura.
Sin embargo estas medidas chocaban con la realidad de la gran cantidad de monedas degradadas que todavía circulaban, lo cual obligó al rey a tomar una serie medidas prácticas (Carta Real de mayo de 1473):
1) Se retendrían las monedas «buenas y oficiales» y las blancas emitidas por las seis casas de la moneda, mientras estuviesen en circulación monedas corrompidas o degradadas.
2) Se comprarían y se venderían las monedas emitidas por las casas de la moneda oficiales a precios muy por encima de los establecidos oficialmente.
3) Al pueblo llano en general se le persuadía para que cambiase las monedas buenas, fomentando deliberadamente rumores en el sentido de que el rey estaba a punto de ordenar ulteriores reducciones en los valores de las blancas y otras monedas.
En consecuencia, según el rey, no solo el dinero malo estaba desplazando al bueno, (veáse definición «Ley Gresham«) sino que los precios estaban subiendo, y los tenderos y comerciantes habían dejado de comprar y vender mercancías a causa de la confusión, pero Enrique IV reiteró las medidas tomadas y prometió solemente que no se adoptarían en funcionamiento más reducciones o alteraciones en la acuñación. Sin embargo la desconfianza, el miedo, y la confusión en el pueblo, seguirían existiendo.

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Hasta aquí, he tratado de dar una visión global sobre el panorama económico-monetario en lo que afecta a la moneda de vellón en los durante los años de reinado de Enrique IV. La próxima entrega estará  dedicada a las acuñaciones realizadas por la Princesa Isabel. Queda para un proposito de futuro dedicar también una mención a las monedas del infante D. Alfonso de Ávila, así como describir que sucedió en los años que van desde 1474, año de fallecimiento de Enrique IV hasta la promulgación de la Pragmática de Medina del Campo de 1497, ya en tiempo de lo Reyes Católicos.

Fuentes bibliográficas consultadas

Ruiz Trapero, María «Castilla: del estado medieval al moderno. En las fuentes epigráficas y numismáticas de los siglos XIII-XV»
Sainz Varona, Felix Angel «La moneda de vellón de Enrique IV: la Ordenanza de 1462»
Lluis y Navas Brusi, Jaime «Notas sobre la legislación y organización de las cecas de Juan II y Enrique IV»
Roma Valdés, Antonio y Braña Pastor, J. Luis «El vellón castellano del siglo XV»
Romero Molina, Rosa «Disposiciones de Enrique IV para la recuperación monetaria de 1471-1473. Estudio y revisión documental»
Mckay, Angus «Moneda, precios y politica en la Castilla del siglo XV»

Beltrán, Pío «El vellón castellano desde 1474 a 1566»

http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Gresham

Imagenes: Colección «D62»

Blanca inédita de Enrique IV

A través de nuestro amigo Yeray, gran coleccionista aficionado a la moneda medieval y moderna, hemos tenido conocimento de una nueva moneda absolutamente inédita. Se trata de una blanca de Enrique IV de ceca Toledo. Hasta aquí todo normal pero la sorpresa radica en que presenta una estrella debajo de las patas del león. Ya tuvimos oportunidad de preguntarle a Antonio Roma acerca de las emisiones abulenses con estrella en una entrevista que los seguidores del blog seguro recordareis. Roma nos apuntó varias posibles hipótesis acerca de la blanca de Ávila con estrella, siendo la más razonable la atribución a la Princesa Isabel en rebeldía (la futura Reina Isabel la Católica).
Sin embargo la aparición de esta moneda complica (o tal vez clarifique) el origen y significación que pueda tener la estrella en este tipo de monedas. A fecha de hoy hemos vuelto a consultar a Roma para que nos comente que le parece esta pieza. En el momento que tengamos su comentario completaremos esta entrada de blog.

Os dejo aquí la imagen de la moneda en cuestión

Efectos ópticos, elementos diferenciadores y piezas inéditas

Todo colecionista anhela tener entre sus piezas alguna pieza inédita, que diferencie y de un valor extra a su colección, frente a lo conocido o catalogado hasta la fecha. Aquí en este blog hemos dedicado algunas entradas a piezas, hasta la fecha desconocidas y de gran rareza en cuanto a su origen, tipología o valor.
Sin embargo tenemos que ser muy cautos sobre cuando estamos ante una moneda inédita y cuando ante una mera curiosidad óptica. No debemos dejanos llevar por la imaginación. Sobre todo hay que tratar de informarse en catálogos, libros y web recabando la máxima información posible, y más si cabe, si queremos adquirir alguna esas pieza «supuestamente» inéditas.

De todos es sabido que una monda medieval de, pongamos por ejemplo un cornado de Sancho IV acuñada en León no presenta la misma fisonomía que un cornado acuñado en Burgos. Pese a ser el mismo tipo de moneda puede presentar diferencias, sin ir más lejos, el busto del propio rey presentas grandes diferencias y si hablamos de los reversos de los castillos también se encuentran notables diferencias.

Vamos a ejemplificar:


Las anteriores imagenes, tomadas de la web www.maravedis.net, corresponden a maravedis de Enrique IV. La primera pieza es de la ceca de Córdoba, presenta como podemos ver, un diseño muy esquematizado y de escasos detalles. El león, si no supieramos por la leyenda que es de Enrique IV, podría parecer uno de esos leones románicos propios de las acuñaciones de alfonso IX.

La segunda moneda es también un maravedi de Enrique IV de la ceca de Medina del Campo. El estilo difiere notablemente, es mucho mas profuso en detalles, diriamos que recargado, no hay mas que fijarse la orla de pequeñas cruces que rodea al león. El estilo gótico es claramente apreciable tanto en la leyenda, como en el castillo.

El tercer maravedi, de la ceca de Segovia, también es de clara influencia gótica, pero opta por otro tipo de ornamentación. El castillo es distinto más estilizado que en la ceca de Medina, y ademas ornamenta las alquivoltas.

Estos elementos son diferenciadores entre piezas, digamos entre cecas, pero no por ello hacen que una pieza sea inédita. He tenido la oportunidad de encontrar un anuncio en ebay por el cual el vendedor de la moneda, por cierto una magnifíca pieza, considera inédito un elemento característico de la ceca de Segovia en tiempos de Enrique IV, como es la ornamentación de alquivoltas, diciendo que se trata de dos «personajes» entre torres.


El efecto óptico parece mostrarnos la figura de dos hombres esquematizados, si se me permite, parecen el logotipo de los inocentes, pero no debemos caer en la inocentada de llevarnos por el impetu de que estamos verdaderamente ante una pieza inédita. Tenemos que ser, como dije anteriormente, mas cautos.

Otro ejemplo de ilusión optica: ¿los ángeles existen? Viendo este reverso de cornado de Alfonso XI podriamos decir que si, hay un angel en mitad de castillo. Pero la respuesta, una vez más tiene que ser negativa. Se trata de otro efecto óptico. La m gótica de la ceca de Murcia, esta una vez más ornamentada, lo cual es carácteristico de esa ceca en aquellos tiempos.


Una vez más en numismática mendieval dos más dos no son cuatro y nada es lo que parece.

Si conoces algún otro ejemplo de ilusión óptica, envianos la foto para que podamos publicarla. Gracias

Entrevista a Antonio Roma

Entrevista realizada por Rubén López Cortés y José David Rodríguez Prados

Queremos agradecer públicamente la cercanía, amabilidad y magnífica predisposición que el Dr. Antonio Roma Valdés ha tenido con nosotros al concedernos su tiempo para contestar a varias cuestiones relacionadas con la numismática en general y la medieval en particular. Desde los blogs de Numismática Medieval e Historia y Numismática queremos darle las gracias en nombre nuestro y de todos nuestros lectores coleccionistas.


Antonio Roma Valdés nació en León en el año 1967, es la sexta generación de una familia con larga tradición jurista, se licenció en Derecho por la Universidad de Alcalá de Henares. Actualmente reside en Santiago de Compostela, donde ejerce su trabajo como fiscal de urbanismo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. En 1996 su nombre apareció por primera vez en el mundo de la numismática de mano de su primer artículo “Monedas celtibéricas con leyenda Ikesankom/ Compouto acuñadas en Alcalá de Henares”, Anales Complutenses VIII. Tras este trabajo se centró en la moneda medieval de los Reinos de León y Castilla; doctor cum laude por la Universidad de Santiago de Compostela en 2008, su tesis doctoral es, en palabras del propio tribunal evaluador: “De gran utilidad para todos los medievalistas que no tienen un grado de especialización tan alto en este tema tan concreto y, por lo general, tan poco conocido”, también ha demostrado serlo entre los coleccionistas de este período. La divulgación de sus trabajos se realiza en el portal Morabetino.


1. ¿Cuándo empezó su interés por la numismática en general, y la medieval en particular? ¿Cuál es su moneda favorita?

Como otros muchos coleccionistas, mi afición a la numismática es temprana. A los ocho años compré mis primeras monedas, unas perras gordas de 1870 y desde entonces la moneda es para mi apasionante. Como toda colección después se va centrando con el tiempo, descarté la moneda moderna, luego la cartaginesa…

¿Moneda favorita? el morabetino leonés, inalcanzable.

2. Vemos que sus investigaciones se detienen con el fin de la dinastía borgoñesa con Pedro I ¿Es este el periodo de numismática medieval que le resulta más interesante? ¿Por qué?

Mis estudios sobre moneda medieval abarcan desde 1087 hasta 1474. José Luís Braña y yo hemos publicado un catálogo sobre moneda de vellón entre 1400 y 1471, y faltando a la modestia tengo que decir que me parece muy completo y riguroso. Pero no me quedo ahí, mi primer artículo en 1996 fue sobre moneda celtibérica y he publicado sobre moneda hispanoárabe y moneda moderna hasta el siglo XVIII. Sigo estudiando, que falta me hace.

3. Su tesis ha establecido un nuevo punto de vista que ha revolucionado el campo de la numismática medieval, todavía queda mucho por descubrir sobre ella, ¿Qué cree que ha aportado Antonio Roma con este trabajo, y otros, al mundo numismático y de la investigación en general?

Aunque ya había publicado sobre la moneda medieval castellana con anterioridad el enfoque es diferente. Con algunas excepciones como Mercedes Rueda, Julio Torres o Josep Pellicer, creo que los estudios de numismática medieval castellana seguían anclados en esquemas propios de la ciencia del siglo XIX y hoy, tanto los estudios de numismática navarra, catalana e hispanoárabe como los de moneda portuguesa, francesa, italiana o inglesa llevan mucha ventaja porque se fundan en criterios científicos que desde luego se encuentran ausentes en artículos publicados sobre moneda castellana. A fuerza de ser sincero, algunos trabajos siguen con una grandilocuencia sorprendente algunos puntos de partida insostenibles científicamente y que desconciertan a quienes tratan de aproximarse al fenómeno monetario en la Castilla medieval desde el extranjero.

Para elaborar esta tesis he leído miles de documentos, vaciando los archivos del Reino de León, comprobando una a una las transacciones efectuadas con moneda entre los años 1000 y 1400, he analizado el contenido metálico de más de cien monedas, he identificado cuños en todas las monedas publicadas y subastadas que fueron fabricadas entre 1108 y 1200, he cuantificado los volúmenes de cada emisión con los datos documentados, he estudiado la presencia de monederos y casas de moneda en todos los documentos de ese período, he juntado por primera vez toda esa documentación hasta ahora dispersa, he comprobado el flujo de oro y plata a través de la Península … En definitiva, he tratado de aplicar en la moneda castellana los criterios científicos admitidos en relación con las emisiones monetarias de otros puntos de Europa.

5. ¿Qué nuevos proyectos de investigación tiene Antonio Roma en mente?

Proyectos no faltan. En la actualidad sigo estudiando, ya veremos en qué acaba, la moneda del los siglos XVI y XVII.

6. Gente que le conoce ha declarado sin embargo que no se dedica a elaborar una colección numismática de propiedad, sino que es más bien un estudioso numismático. ¿Es por algún tipo de incompatibilidad con su trabajo de fiscal? ¿Por evitar una saturación de monedas en la afición coleccionista e investigadora? ¿Algún motivo particular acaso?

Soy un pequeño coleccionista, siempre en la medida de mis posibilidades económicas y con limitaciones. Es verdad que una parte importante de mi gasto se va en libros de numismática. Ya voy agotando España y Portugal y sigo con Francia, Inglaterra, Italia, las Cruzadas y el Mediterráneo. La lectura de los libros sobre moneda medieval extranjera abren mucho más los ojos para entender la moneda castellana de lo que cualquiera pueda imaginar.

7. La moneda medieval castellana ha sufrido un resurgimiento en los últimos años con coleccionistas que se lanzan a pequeñas investigaciones en temas tan complejos a la par que apasionantes como los resellos, las marcas o en la catalogación y clasificación de las monedas; la numismática, como ciencia, ¿cree que se apoya y referencia en estos trabajos aficionados o se mueve exclusivamente de mano de académicos?

Los trabajos de aficionados son fundamentales, sin duda. Sería un despropósito prescindir de ellos.

8. Hablando de marcas, como coleccionista siempre he sentido la curiosidad, y esta pregunta la hago a título personal, ¿a qué puede atribuirse la existencia de la variante de roseta entre las patas de león en la blanca de rombo de Enrique IV de la ceca de Ávila?

Se ha apuntado la posibilidad de vincular esta marca a la presencia de la Princesa Isabel. La explicación es aparentemente simple:

1. Las marcas de las monedas son siempre de ceca

2. La marca de estrella es la marca de la corte

3. La estrella representa el poder de Isabel.

Estas explicaciones son sencillas y comerciales, pero no aguantan un análisis más profundo. Para empezar habría que decir que todas las monedas de Ávila de la serie de 1471 se hacían a beneficio de Isabel, y unas tienen estrella, otras la letra P coronada en el campo y otras no tienen nada. Sentada la consecuencia, ni una ni otra premisa son consistentes.

Habría que continuar diciendo que las marcas caracterizan los talleres monetarios a partir de 1195 en Castilla y de 1216 en León y que las casas de moneda son cecas sólo a partir de 1263, en una cronología análoga al resto de Europa, donde hay marcas que son siempre de emisión. Las marcas de las monedas anteriores en León y en Castilla pueden significar cualquier otra cosa antes que el origen geográfico. Lo que es absolutamente seguro es que con anterioridad a 1200 no hay casas de moneda estables en Castilla y León.

Para este supuesto se planteó que la estrella es una característica de las casas de moneda situadas en la corte y yo niego esta premisa, sólo sustentable respecto de las monedas de plata de Alfonso de Ávila en un dato que conocemos a través de la documentación. Sabemos que hubo casas de moneda en las cortes de Enrique IV y en la de Juan II. Curiosamente conocemos la existencia de blancas de este rey con la marca C que se asigna sin fundamento a algunas ciudades.

Que todas las marcas conocidas indican un origen geográfico es un cliché preconcebido propio de algunos autores, muy cómodo y seguramente muy comercial, que conviene repensar. Es un enfoque apriorístico propio del siglo XIX que carece de demostración en el siglo XXI.

9. En las páginas de su obra “Emisiones monetarias leonesas y castellanas de la Edad Media. Organización, economía, tipos y fuente” se remarca varias veces la gran importancia que tuvieron Santiago de Compostela y el Camino en la aparición de moneda en el Reino de León en tiempos de Alfonso VI; si le preguntamos a cualquier coleccionista de medieval qué hecho determinó la aparición de moneda nos dirá que fue la conquista de Toledo. Pocos saben que años antes de esta conquista el Obispo Xelmírez ya solicitó permiso para acuñar moneda, ¿Cuál cree que fue el factor verdaderamente desencadenante de las primeras emisiones, las presiones de Santiago y una infraestructura a lo largo del Camino o un orgullo propagandista por conquistar la antigua capital visigoda?

Las primeras emisiones de 1087 y 1103 se acuñan con referencia a Toledo, sin duda, pero lo cierto es que en esos años no quedan muchos gramos de plata en esa ciudad. Los análisis metalográficos de las acuñaciones taifas son esclarecedores. Al mismo tiempo, entre los años 1000 y 1087 las menciones en las compraventas a moneda califal en León y en el área del Camino de Santiago son abundantísimas. También es un dato seguro que no había monederos castellanos y leoneses y quienes fabricaron las primeras series inspirándose en modelos europeos (subrayo europeos y nunca visigóticos pues las monedas visigóticas ni siguiera eran imaginadas) eran franceses e italianos y son todos identificados tanto en Jaca en 1076 como en el Camino de Santiago y no en Toledo entre 1100 y 1108. Sumemos estos datos y no cabe otra solución: la moneda se fabrica transformando la plata califal por monederos franceses en donde esta plata existía.

¿Cuál es el motivo de fabricar moneda? El negocio de los monederos y del rey, lo mismo que en Francia e Italia, de donde procedían estos fantásticos monederos. Todos ellos ganan dinero a través de la fabricación de moneda y el rey anticipa una política fiscal muy beneficiosa.

10. Una palabra, Traslatio; en 1985 el profesor de la USC Carro Otero encontró una moneda única con la representación de la traslación del cuerpo de Santiago Apostol en Adro Vello (O Grove, Pontevedra), esta moneda es un buen ejemplo de la idea de que el descubrimiento de la tumba del Apóstol y el Camino de Santiago fueron una buena estrategia de marketing político contra la invasión musulmana ¿Qué opina de dicho pensamiento? Si usted fuera un campesino de la época ¿qué hubiera dejado escrito, supongamos sabe escribir, para las generaciones futuras acerca de este evento?

Estoy de acuerdo. Insisto otra vez en la comparación con la moneda contemporánea en Europa. Tanto en Francia como en Alemania los tipos monetarios que representan santos son relativamente comunes y sumamente atractivos. Esta moneda tan bella se fabrica en un momento en el que Fernando II concedió ayudas para la construcción de la catedral compostelana, y gracias a la documentación que refleja este hecho sabemos que el nombre del arquitecto es Mateo. Además, donó a los obispos compostelanos una parte de los beneficios de la acuñación de moneda. Los usuarios de estas monedas veían reflejado un importante argumento de su religiosidad. Lamentablemente, no se fabricó en una época de riqueza, al contrario, por lo que creo que no dudaron mucho en gastarla.

11. Siguiendo la estela del Camino Primitivo y haciendo escala en Lugo; la acuñación en esta ciudad sigue siendo un debate abierto, Álvarez Burgos no incluye acuñaciones a esta ciudad, sin embargo Pita Fernández recoge en “A moeda en Galicia e Galicia na moeda” la existencia de un diploma de tiempos de Fernando II que otorga un tercio de la moneda acuñada en esta ciudad a su obispo. Este documento sugiere que efectivamente se realizaron acuñaciones ¿Cuáles cree que podría reclamar esta ciudad? Quizás le pongo en una tarea complicada, cuando las leyendas no ayudan a conocer la ceca y la presencia de la marca L no nos distingue entre esta ciudad y la cabeza del reino.


El argumento no es de Pita sino de Vaamonde Lores en los años 1930, quien supuso la lectura de una letra L entre las patas de un león en una moneda de Alfonso VII dibujada por Heiss. Lamentablemente, no es una L sino la base de una cruz. Pero dejando de lado la lectura, quiero insistir en el hecho de que la asignación de marcas presentes en las monedas anteriores a 1200 a uno u otro taller monetario es una idea muy comercial pero carente de demostración. Por supuesto que se fabricó moneda en Lugo como en otras ciudades, pero carecemos de base para saber cuáles eran. En espera de piezas que contengan la referencia a Lugo en su leyenda o a datos arqueológicamente contrastados cualquier atribución se basa en la especulación. A buen seguro que un coleccionista local le gustaría poseer una pieza acuñada en su ciudad y eso incrementa el valor de algunas piezas. Lo que es deseable es el rigor en las atribuciones.

12. En “Emisiones monetarias leonesas y castellanas de la Edad Media. Organización, economía, tipos y fuente” dedica varios capítulos a profundizar en los aspectos de fabricación de moneda; la manufactura de moneda es intuitivamente simple, se colocaba un cospel entre los dos cuños y por un impacto de martillo los detalles quedaban grabados. Esta pregunta puede ser por pura ignorancia de aficionado pero existe una variante en una moneda, portuguesa, en la que se aprecia que la grafila circular se acuñó por encima de una cruz recrucetada, cuando lo normal es la situación inversa; hallazgos de este tipo, unido a diferencias en las leyendas (puntos, trazos e incluso letras completas), marcas que usted considera de control interno como determinados roeles, y en los símbolos propios de la ceca hacen que uno se pregunta cómo explicar tal profusión de detalles tras el proceso de acuñación.

No son detalles posteriores a la acuñación. Los cuños son artesanales, por lo tanto distintos entre sí, y tienen una vida muy corta. Lo mismo que en la Europa occidental, y este fenómeno está documentado fuera de España, antes de 1263 los cuños no se fabrican por los monederos en el taller monetario sino fuera de él. Cada cuño es diferente y a veces los monederos insertaban marcas como estrellas o crecientes (o soles y lunas), círculos, puntos y hasta letras para poder cuantificar y registrar su trabajo. Sólo marcando el cuño antes del golpe de martillo permite trabajar en serie y hacer de la acuñación un trabajo rentable.

13. Volvamos a imaginarle en su papel de campesino, está en la época del rey Fernando II ¿qué le supone ir al mercado a comprar? Personalmente siempre me ha parecido muy complicado y continuamente variable el sistema de equivalencias y cuenta de la moneda medieval para la gente de a pie.

La verdad es que en la Edad Media es preferible ponerse en el papel del rey, (risas). En la época de Fernando II los campesinos no compraban productos con la moneda sino que pagaban sus productos para adquirir monedas con los que pagar sus rentas y tributos. A partir de ahí, estoy de acuerdo en que había que tener una calculadora mental. Las monedas más importantes eran el morabetino de oro y el dinero tornés francés. Cada morabetino equivalía a siete sueldos de torneses, esto es, 84 dineros. Esta última era la moneda preferida para el cobro de rentas y tributos y los intercambios más sencillos se producían en la moneda con la que el rey hacía sus pagos, como la vista con anterioridad. El Camino Francés estaba plagado de morabetinos y torneses, que eran las divisas internacionales.

14. De sus escritos da la sensación que por entonces Europa ya estaba tan conectada como hoy en día, y que la moneda era similar en gran parte del territorio. ¿El primer euro?

El Camino Francés es un auténtico fenómeno económico y el dinero tornés una divisa en el término moderno de la palabra. El dinero es imitado hasta entrado el siglo XIV desde Navarra hasta Grecia. Aunque más limitado que en la actualidad, el comercio y el movimiento de metales existe y la Península no es una isla.

15. Trasladándonos a tiempos más actuales y basándose en su conocimiento de las leyes del Estado Español ¿qué opinión tiene como profesional letrado acerca del vacío legal existente de realizar copias de moneda antigua sin marcarlas para su identificación como tales? ¿Coincide su impresión jurista con la que tendría desde un punto de vista de mero aficionado a la numismática? ¿Y con la de investigador numismático?

Sólo cabe un punto de vista: la falsificación de moneda antigua que existe en España es inadmisible. Y no es una cuestión sólo de normas, que es cierto que ni las hay ni se las espera. En todo caso, la venta de moneda falsa como antigua está castigada como delito de estafa. En otros países lo está también la falsificación de arte y antigüedades, caso de Italia. Sería interesante hacer lo mismo aquí.

16. El aficionado no puede ser un mero espectador y sufrir el engaño en silencio, ¿le parece posible que realmente puede hacer algo cuando sospecha que está frente a una reproducción o se requiere por parte del Estado una tutela previa más efectiva frente a esta indefensión?

Creo que comerciantes y coleccionistas deben atacar el fenómeno. Pero creo que no es sólo un problema del estado. En otros lugares como Estados Unidos o Hungría quienes imitan moneda antigua tienen a gala marcar y firmar sus piezas, nadie se plantea lo contrario. Creo que el problema se encuentra también en la falta de ética de quienes fabrican con aparente buena fe moneda falsa imitando antigua, sabiendo que pueden tener destinatarios de mala fe o asumiendo esa adquisición como un hecho. Y no es únicamente una cuestión de ética. Cuando se juega en el filo, es posible que pueda llegar la imputación penal.

17. Algunos países como los Estados Unidos tienen una ley muy restrictiva para evitar la falsificación de moneda antigua ¿podría ser una medida a importar íntegramente a España?

Es otra posibilidad a tener en cuenta.

18. Otro tema candente relacionado con la numismática es la existencia de detectoristas, volviendo a analizar las leyes extranjeras, Bélgica o el Reino Unido permiten su actividad, donde estos aficionados han sido responsables de descubrimientos tan sonados como el de Harrogate, Aldborough o Staffordshire. ¿Hasta qué punto influyen realmente en una destrucción irreversible de los yacimientos arqueológicos? En palabras de un restaurador de un museo arqueológico provincial gallego: “Una mayoría de los yacimientos son ya rutinariamente clasificados y conservados por no aportar nada nuevo”; bien se podría pensar que cuántas más manos concienciadas y formadas para minimizar el impacto, y estimuladas permitiéndoles conservar un porcentaje del descubrimiento, mejor para aumentar el número de descubrimientos relevantes ¿qué opinión le merece esta forma de verlo?

Desconocía por completo estas expresiones pero son llamativas en un arqueólogo. El sistema inglés es distinto al español: en España la normativa autonómica de protección de patrimonio cultural en algunos casos sanciona con multas importantes la prospección empleando estos instrumentos y en todos los casos los objetos encontrados pasan a pertenecer al dominio público. En general los arqueólogos son partidarios de no tocar un yacimiento para que su trabajo, si se me permite el símil se parece a la autopsia practicada por el médico forense, se realice en las mejores condiciones. Este es el planteamiento de la legislación española y cualquier modificación parece muy lejana en el tiempo.

19. Por último y para finalizar, aparte de agradecerle enormemente su tiempo ¿qué razones daría usted a un coleccionista novel para que se inicie en el coleccionismo de moneda medieval frente al de otros períodos?

Para cualquier clase de colección lo mejor es leer mucho, tener una buena biblioteca y ser prudente. La moneda medieval está llena de misterio y de belleza y es una auténtica desconocida. Son unas monedas excelentes para aproximarse al románico y al gótico y una manera de abrir un libro con sus páginas en blanco dispuesto a que alguien comience a escribirlo.

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